LA COMUNIDAD DE LOS COMPETENTES

 

Autor: Dr. José Luis Mateos Gómez

            Coordinador de Vinculación Institucional

Evaluación acreditación y certificación

En los últimos años se ha desarrollado la idea de que en nuestro trabajo personal, nuestro sitio de trabajo y lo que ofrecemos a la sociedad deben ser examinados, medidos y calificados por alguien ajeno a nosotros. Si esta calificación es satisfactoria se aumenta el prestigio, ya sea personal o de la institución donde laboramos. En muchas empresas del sector productivo es vital contar con la certificación del sistema ISO en sus varias acepciones; en unos restaurantes es valiosos contar con el distintivo H, y para un profesional es cada vez más deseable el obtener la certificación de su Consejo Profesional, como es conocido en el caso de los médicos y que poco a poco se ha extendido a otras profesiones.

En el sector educativo se ha constituido el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación para evaluar las instituciones de educación primaria, secundaria y media superior. En el caso de la educación superior, muchas instituciones son evaluadas en su desempeño por los CIEES (consejos Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior), que están funcionando para varias áreas y carreras. La educación de posgrado la está evaluando el CONACyt, y la investigación básica el Sistema Nacional de Investigadores, el CONACyT e internamente algunos grupos especiales en ciertas dependencias universitarias.

Ante este alud de grupos y organismos dedicados a la evaluación, es necesario reconocer que mucho ha cambiado  en la valuación de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer como personas y como instituciones.

Lo que todos debemos realizar en forma permanente es seguir aprendiendo, algo cada día, cada año y mientras queramos que los grupos a nuestro alrededor nos califiquen como "profesionales de calidad, bien preparados y actualizados".

No hay que abandonar los buenos los buenos hábitos de estudio; al contrario, ahora más que nunca hay que seguir estudiando, en especial lo que ya se olvidó, lo nuevo que no acabamos de entender y lo que nuestra curiosidad e intelecto nos dicta, para que nosotros mismos estemos convencidos de ser "un buen profesional" y continuemos así un largo tiempo para prestigio propio, de nuestra Facultad y de nuestra Universidad.